jueves, 14 de junio de 2007

El león del desierto

Aparentemente la lógica ha sido unos de los mil muertos que han habido desde la guerra al narcotráfico de Calderón. Una guerra mediática y de publicidad, tal vez necesaria, para recordárle al narcotráfico que ellos ya no son los dueños del país. El narco contesta, en contraste con comerciales y anuncios noticiosos, con mantas y recaditos con un envoltorio muy interesante, un cadáver.

Todo esto mientras el ejército es mezclado con policías locales, estatales y federales para impedir que los operativos sean frustrados por un comando corrupto. Los militares, lejos de ser entrenados para controlar a alguien están entrenados para someter o eliminar a alguien. El ejército se está agotando, según especialistas (El Ejército se ha desgastado en la lucha antinarco: especialista, La Jornada) porque el gobierno los ha asignado a labores para los cuales no se les ha entrenado. Se les lleva a las calles cuando están entrenados para tratar al enemigo como tal, aun cuando el enemigo sea un civil que no ha cometido un crimen pero por nerviosismo se pasa un retén costándole la vida (Formal prisión a 19 militares, por los civiles acribillados en Sinaloa, Proceso).

¿De quién es la culpa de enviar un león a cuidar un jardín de niños?

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